Perder el interés en buscar lo nuevo, lo que llame mi interés o simplemente el gusto por el cambio, se ha vuelto mi primera pesadilla. Sentirme frustada de alguna manera por no publicar seguido en Atelier, mi hijo, mi desfogue, se ha convertido en mi segunda. La segunda trato de superarla con riesgo a la incomprensión por parte de ustedes, ya que comprendí que la falta de inspiración, que siempre ha sido el eje de esta página no se compra ni se vende, se vive, llega a tí en determinado momento. Y si no llega, como dice mi abuelo, todo está en esperar. Igual ofrezco mis disculpas y gracias a los que, de alguna manera, me tienen paciencia, gracias por quedarse.
A lo nuestro. Desde Noruega, pasando por Suecia y llegando a Australia, encontré éstas ilustraciones. Una mirada inusual a las mismas se convierte para mí en algo más que un sketch, para mí es un arte evidente. Aquí encontramos la mirada íntima del artista, aquella reinterpretación de lo visto que al mismo tiempo refleja la pasión intrínseca del gusto por lo visto, ya sea en pasarela, ya sea en la imaginación. Aquí el pret-a-porter se mezcla con alta costura, la paleta de colores no marca una sóla tendencia y al mismo tiempo muestra la importancia de innovar en lo que es para mí una técnica que también puede renovarse.
Innovar de alguna manera, sin forzarlo, se ha vuelto mi obsesión y aquí trato de mostrarlo.
Inspírate.
Dedicado a quien me siga leyendo, a quien me tiene paciencia.